Fusión de Pasiones
Los que me conocen, saben que el turismo y la hotelería siempre han sido, son y serán una de mis grandes pasiones. Espero, en algún momento, poder fusionarlo con este hermoso proyecto de vida que ahora tengo. Entendemos que la profesión que estudié y ejercí casi toda mi vida es la del personaje, y que lo que hago ahora tiene que ver más con la misión y el plan de mi alma.
Mis Primeros Pasos en la Sanación
Permítanme contarles un poco de mi historia y cómo llegué a la certeza de que este era mi camino.
Crecí en un hogar modesto. No teníamos muchos lujos, pero mis padres se esforzaban por darnos a mí y a mis tres hermanos una vida un poco mejor de la que sus capacidades económicas podían cubrir. Era un hogar tradicionalista donde algunos temas eran tabú y donde el machismo, la violencia y la poca comunicación caracterizaban la energía del hogar: una madre sumisa y permisiva, un padre violento, machista, mujeriego y con tendencia a los vicios (alcohol).
Desde que tengo uso de razón, sentía que tenía habilidades especiales que otros niños, como mis hermanos, primos o amigos de mi edad, no poseían. Tenía clarividencia, clariaudiencia y clarisintiencia. Me asustaba mucho lo que veía, escuchaba o sentía. No entendía por qué me pasaba eso a mí, y mis padres ni mi familia lo entendían tampoco, menos los niños que me rodeaban en casa o en la escuela. Así que pasé a ser la niña con miedo, miedo de quien era y la niña rara para los demás. Con el tiempo, entre mis miedos e inseguridades, fui bloqueando mis dones para poder encajar en la vida real y en la sociedad; así, no me dirían rara o bruja. Mi vida sería más normal. Simplemente negué ser quien realmente era para ser aceptada, ya que me sentía rechazada por mi familia principalmente.
La Transformación del Dolor
Después de 25 años de casados, mi padre decide abandonar el hogar e iniciar una nueva vida con otra mujer, literalmente nos abandonó y olvidó por completo a su familia. Esto dejó a mi madre devastada y sumergida en una depresión muy fuerte que le duró muchos años y que posteriormente le desencadenaría el cáncer que se llevó su vida. Por mi parte, siendo la segunda hija, tuve que asumir la responsabilidad del hogar, con mi hermana mayor que salió embarazada a los 16 años y, siendo muy joven con dos hijos, no podía contar con ella; mi tercer hermano, adolescente, tenía problemas de adicción a las drogas, un vicio que lo llevó a pasar una temporada corta en la cárcel, y el cuarto hermano menor en la primaria pasó de ser mi hermano a ser como un hijo para mí.
Yo estaba terminando el último año de estudios universitarios en ese momento y solo recuerdo que el mundo me cayó encima. Solo me quedó decidir subirlo a mi espalda y cargarlo, a pesar de todo el peso que eso conllevaba en mi vida. Sentía mucha rabia por la tristeza de mamá y mucho odio y rencor por mi papá. Mi vida en esos momentos, a los 22 años, cambió por completo. Muchas veces acudía al alcohol y a la vida superficial para poder olvidar mis penas, me aferraba a parejas tóxicas buscando el amor de mi padre que había perdido, o un poco de comprensión y escucha para poder descargar y aplacar mis sombras.
El Colapso y el Despertar
Trabajaba mucho, pero el dinero no alcanzaba para tanto. Entonces, decidí incursionar en el mundo de los cruceros de turismo, donde viajaba por el mundo, pero a la vez también trabajaba muy duro para sostener a mi familia. Trabajo al cual tuve que renunciar después de 7 años para poder estar el último mes de vida al lado de mamá. Ella murió en setiembre de 2011 de cáncer al ovario, después de una larga, triste y dolorosa agonía. Mi bisabuela materna murió de lo mismo y yo fui la candidata perfecta para la continuación de la enfermedad.
Entre fines de 2011 y 2012, permanecí en casa acompañando en el duelo a mi abuela materna que vivía con nosotros y con mis hermanos, haciendo varias tareas y papeleos que mamá me encargó antes de morir. Ella nunca se divorció de mi padre; hasta el último momento de su vida lo esperó. La verdad es que no resistía la energía de aquella casa. Había un vacío tan grande y sentía que había perdido la motivación por la vida.
Duelo y Nuevas Oportunidades
A principios de 2013, decidí mudarme de mi ciudad natal, de la costa a la selva alta, exactamente a la ciudad de Chachapoyas en la región Amazonas, para tratar de ayudarme a superar el duelo de mi madre, un duelo que nunca me permití llevar y del cual huía por resistirme a sentir dolor o revivir momentos que no quería recordar. Recibí una invitación para dictar clases en la universidad del lugar, algo que siempre quise hacer. Quizás era el momento de compartir lo aprendido. Sin embargo, en esa época, mi ser en muchos sentidos empezó a colapsar.
Por todo lo que no manifesté y callé en su momento, mi cuerpo físico (que tiene memoria) empezó a recordarme todo lo que tenía acumulado y pendiente de ser exteriorizado. Esto se manifestó con síntomas de fibromialgia, gastritis, ovarios y mamas poliquísticas, principios de cáncer al cuello uterino, migrañas, ansiedad, depresión e insomnio, sumado a mis malos hábitos alimenticios, mi vida sedentaria, mi tendencia por las medicinas químicas y las famosas pastillas para dormir, sin contar con el consumo social frecuente de alcohol y tabaco, así como el exceso de trabajo al que siempre me auto sometía y el famosamente llamado estrés.
En aquella época, tenía dos trabajos y no sé cómo hacía para mantenerme en pie y hacer una vida relativamente “normal”. ¿Será que tener alguno de estos desequilibrios siempre ha sido normalizado? No nos damos cuenta de que el estado natural del ser es estar sano y saludable.
El Encuentro con la Sanación Energética
En 2015, a punto de colapsar y meses antes de entrar a una cirugía de extracción de una zona del cuello uterino, apareció una persona en mi vida como enviada del cielo: una terapeuta francesa en Bioenergía. Después de hacerme un test y mi primer diagnóstico, me preguntó con una mirada de compasión:
“Melissa, ¿quieres morir o quieres vivir?”
Yo respondí: “Por supuesto que quiero vivir”. Y ella respondió: “No parece. Sabes que todos los males físicos que tienes llevan una raíz emocional y que tú misma los has creado con tu sola decisión de no saber manejarlos y exteriorizarlos. Se llaman bloqueos energéticos ubicados en tus puntos de energía, llamados chakras, entre otros asuntos pendientes que debes resolver en tu vida para recuperar tu salud. Yo no te voy a sanar; tú te vas a sanar sola. Yo seré tu guía y acompañante en este proceso. Te indicaré el camino y te mostraré las herramientas que debes utilizar; el resto ya depende de ti”.
Despertar a la Autosanación
Fue la primera vez en mi vida que escuchaba sobre estos temas y términos: energías, chakras, bloqueos, etc. Me resonaba mucho, ya que recordaba que de niña podía ver los colores del aura y la energía de las personas. Esos dones que había bloqueado por tantos años. Al fin encontraba a alguien que hablaba en un idioma familiar. Así que podría tener ella razón. ¿Cómo era posible que yo me causara esto y cómo sería posible sanarme yo misma?
Por supuesto, yo para justificarme me puse en la posición de víctima del universo y empecé a contarle la triste historia de mi vida (según yo), cuando en realidad tenía todo para ser feliz, pero no lo podía ver. Había optado por el facilismo de culpar a otros por mis supuestos problemas y desequilibrios, para evitar hacerme cargo. Así nos saboteamos siempre.
Esta terapeuta sembró en mí la semillita de la autoayuda, de la autosanación, del autocuidado y del amor propio. Me guió en este camino hermoso de la sanación en todos los niveles: físico, mental, emocional, energético y álmico.
El Proceso de Transformación
Solo cuando decidí hacerme cargo de mí misma y tomé conciencia de cómo estaba funcionando mi cuerpo y cuáles eran las raíces de mis desequilibrios, la magia fue posible. Unos meses después, mi cuerpo físico empezó a sanar milagrosamente. No necesité cirugía; me desintoxiqué con mucha voluntad y perseverancia, mejoré mi alimentación y cambié mis hábitos de vida. Ni los médicos convencionales, que me trataban en aquella época, lo podían creer. Pasado un año, mi vida era mucho más ligera y feliz; realmente sentía que había sacado mucho peso de encima.
El Cambio de Mentalidad
Parte del proceso implicaba, como prioridad, cambiar mi manera de pensar y de reaccionar ante la vida. Dejar viejos patrones y creencias para cambiarlas por otras nuevas, saber controlar mi mente y con ello mis emociones. Era crucial deshechar lo tóxico y de baja energía, sobre todo los rencores, el victimismo y las culpas. Entender y ver la vida desde una perspectiva distinta era el primer paso y el más importante de todo para que todo lo demás fluya. Ya no tenía que verme más como víctima ni victimizar a nadie más; era la aprendiz que debía sacar aprendizajes de las experiencias de la vida, malas o buenas, porque finalmente todo es aprendizaje para la evolución de nuestra alma.
La Búsqueda del Conocimiento
A partir de ese momento, empecé a investigar sobre terapias holísticas y medicina alternativa. Quise profundizar aún más para poder continuar ayudándome, puesto que la sanación es un proceso continuo que dura toda la vida. Sin embargo, por mis apegos al dinero y a lo material, me continuaba sumergiendo años después en la misma rutina del trabajo sin parar. Debía aprender a balancear mis nuevos hábitos de vida saludable con la vida diaria laboral.
En mis días de descanso, trataba de darme el máximo tiempo posible y continuaba investigando, estudiando y practicando estas terapias. También probé plantas medicina como el ayahuasca, viajando, asistiendo a retiros y talleres.
La Revelación Durante la Pandemia
Fue gracias a “la cuarentena” durante la pandemia que pude aprovechar más el tiempo para terminar de estudiar a distancia y certificarme a un nivel profesional en yoga terapéutico, medicina chamánica y ayurvédica, geometría sagrada, gemoterapia y biodescodificación. Los resultados que iba viendo en mí eran maravillosos, confirmándome que en realidad estas prácticas funcionan.
Mi corazón me decía que en algún momento debía compartir este conocimiento con otras personas para guiarlas y acompañarlas en este camino de la autosanación, así como alguien lo hizo conmigo. Finalmente, de eso se trata la vida, de continuar la cadena de servicio y de poder devolver a la vida y al universo, en gratitud, lo que uno recibió.
Conexión con la Sabiduría Ancestral
A mediados del 2021, decidí viajar a Nación Qeros, “los guardianes de la madre tierra y de la más pura y hermosa sabiduría ancestral chamánica”, para pedir permiso y guía a los apus sagrados, para que me puedan encaminar, si era la misión que debía seguir.
Fue una mágica experiencia y las confirmaciones llegaban una tras otra. Ahora, más que nunca, sé que es el momento indicado de compartir mi experiencia y que sirva como guía y ejemplo para que otras personas tengan la certeza de que tenemos la capacidad de autosanarnos. Solo debemos saber qué herramientas usar exactamente, ya que no funciona lo mismo para todos, así como tampoco todos estamos en el mismo nivel o proceso de evolución; cada uno tiene su propia historia y hábitos de vida.
Decisiones y Nuevos Comienzos
A fines del 2021, las señales me indicaron que había llegado el momento de tomar decisiones radicales para mi vida. Decidí dejar mi trabajo de administradora hotelera para dedicarme íntegramente a las terapias holísticas y me mudé al mágico Valle Sagrado de los Incas, donde pude abrir un hermoso espacio de reencuentro y sanación.
Nace “Salud, Equilibrio y Bienestar”
Así nace “Salud, Equilibrio y Bienestar”, inicialmente como una plataforma virtual y ahora también como un espacio físico, “Centro Holístico”. Este es un canal de transmisión de información y herramientas para quienes estén buscando respuestas en su proceso de despertar y resuenen con el llamado de sanar y recuperar el equilibrio en sus vidas.
En este camino, me he reencontrado con seres maravillosos que también se han preparado para esta misión y que me han acompañado y guiado en este proceso, así como guías y maestros espirituales y terrenales que aparecieron por sincronicidad en mi vida. En especial, a Sabine (terapeuta en bioenergía y Qi Gong), mi primera guía en este camino, quien literalmente me ayudó a salvarme la vida. A los hermanos de “Raíces de la Tierra”, quienes me enseñaron el respeto por las sagradas plantas medicina y las prácticas ancestrales de sanación. A mi hermano Qero, Julio Mallky (Pampa Misayoq Q’ero), quien me ayudó a tener la seguridad de mis dones y es mi guía actual en este maravilloso sendero de autosanación. Gratitud y amor infinito para ustedes, mis hermanos del alma y del camino.
Gracias, gracias, gracias a todos ustedes que leen estas líneas de mi vida, por ser y estar. Nos estaremos reencontrando en este maravilloso camino de vida y sanación, si así lo dicta el plan divino.
Sana uno, sanamos todos.
«La autosanación es una decisión, un cambio de mentalidad y un estilo de vida».
Con mucho amor
Melissa Valdivia García
Terapeuta y Guía en “Salud, Equilibrio y Bienestar”